martes, 29 de junio de 2010

Para mi Hija!!!...

Hace exactamente un año que saliste de mi cuerpo para colmarnos de felidad a papá y a mi. Ese día vivimos momentos mágicos cuando por fin te trajeron junto a mi, envuelta en la toquilla que un día me envolvió a mi. Vestida con un body blanco, un gorrito del mismo color cubría tu largo y oscuro pelo.

Nada más sentirte a mi lado me puse a llorar y papá al vernos por fin juntas se emocionó y derramó algunas lágrimas. Entonces nuestros ojos se encontraron y no dejaste de mirarme con esa mirada profunda, llena de ternura, de amor. Parecías tan frágil que me daba miedo agarrarte porque la herida me dolía, pero estabas a mi lado y yo no tenía atenciones para nada ni nadie más. Te toqué las manos, la carita, toda tu piel tan suave y tan cálida. No te habían bañado todavía por ser el primer día, pero estabas perfectamente limpia, solo el cabello un poquito manchado y aún olias a mi.

Esa primera noche llorabas, no se si de hambre, no creo porque mamabas lo que todavía era calostro y debió de alimentarte mucho porque saliste del sanatorio con más peso del que tenías al nacer. Tu llanto no debía ser de hambre porque papá te cogió en brazos, te puso limpita y te posó sobre su torso mientras se tumbaba en el sofá, al lado de mi cama. Te calmaste enseguida y que quedaste dormida, boca abajo como una ranita, supongo que tranquila escuchando el pum pum del corazón de papá. Dormiste encima de papá varias horas, hasta que te llevaron para cambiarte.

Fue precioso tomarte en brazos y ponerte al pecho. Que torpes estábamos, tu querías comer pero no sabías engancharte y yo apenas podía sosternerte en mi regazo, sobre almohadas para no dañarme.

Esos primeros momentos fueron muy emotivos. Después vendrían otros momentos también fabulosos.

La llegada a casa, las primeras noches, desvelados, mirando si estabas bien, si respirabas, dandote el pecho de madrugada y cada 3 horas más o menos, los cambios de pañal, el primer baño con cuidado de secarte muy bien el ombliguito. Las primeras vacunas... a los ocho dias... opssss se te ha caido la pinza del ombliguito... que bonito y que tiernecito estába. Me encanta darte besitos ahí porque es el nexo que te únia a mi en la tripita.

Comias muy bien y te encantaba dormir con nosotros en la cama.

Pronto llegaron las primeras sonrisas, empezaste a agarrar cosas con las manos, a querer incorporarte para ponerte de pie (hacías abdominales, así te decíamos) A reirte...

Los primeros dientes, que te dan mucho dolor siempre, pobrecita mia, las primeras fiebres, los constipados... pero siempre te cuidamos lo mejor que sabemos, te damos tus remedios cuando estás enfermita y te mimamos mucho.

Luego empezaste a comer frutas, cereales y verduras. Y a hablar, a ponerte de pie en la cunita, a dar primeros pasos agarrada, a decir adios y ¿hasta donde estamos de papá (o mamá o lo que siga)", a dar besitos...

Ha pasado tan rápido este año, que parece que fue ayer cuando te estrechaba por primera vez entre mis brazos y papá nos estrechaba a nosotras a su vez.

Cada día que pasa es más bonito e intenso que el anterior, cada día haces algo nuevo. Cada vez que me acuesto a tu lado y te miro como te vas durmiendo mientras tocas mi cara o mi pelo, se me hace enorme el corazón y casi se sale del pecho, siento tantas cosas por ti, tanto amor, tanta ternura. Me siento tan orgullosa de tenerte que no hay nada comparable a eso. Me siento feliz de que estemos los tres juntos, papá, tu y yo, viviendo está vida tan bonita que tenemos. La verdad, es que te miro y lloro de pura felicidad, eres tan bonita y tan buena, que papá y yo nos sentimos muy afortunados de tenerte porque haces que cada día sea maravilloso, aunque haya problemitas, o nos duela algo, o en la calle esté lloviendo, tú haces que cada día sea especial, que nos levantemos por la mañana con una fuerza y un ánimo tremendo para afrontar el día. Amparo, tu haces que deseemos con muchisimas ganas que llegue la hora de salir del trabajo para irte a buscar y poder estar contigo otra vez, y darte mil besos y abrazos.

Soy feliz, somos felices contigo, hasta limites insospechados, no se puede calcular ni medir el amor que sentimos por ti. Eres tan especial...

Hace ya un año que estamos juntos, un año, madre mía, que rápido ha pasado el tiempo. Cuantos progresos has hecho, y papá y mamá también hemos progresado, desde luego. La vida es un continuo aprendizaje para todos.

Te deseamos muchiiiiiiiiiisimas felicidades en tu primer cumpleaños y solo queremos que sigas llenando de vida y de ilusión nuestra vida como has hecho hasta ahora, por muchos muchos años.

Te queremos Amparo, más que a nuestra propia vida, te amamos.


Mamá y Papá